domingo, 17 de octubre de 2010

DEL DICHO AL HECHO, EXISTE OTRO MODO DE PRESENTAR

En la tal angustiosa experienca de hablar en público, la mayoria de las personas nos generamos unas expectativas totalmente alejadas de lo que ocurre en realidad antes de empezar, entre el presentador -nosotros mismos- y la audiencia. Muy reconfortante es saber que tus nervios no se transmiten al auditorio, sino que otro tipo de sensaciones puede traspasar la fina y delicada línea de conexión espacio-temporal entre ambas partes: el que habla y los que escuchan.
Así que, después de haber aprendido algunas de las técnicas de expresión en público, que te ayudan a mejorar ciertos aspectos de uno mismo ante tal tipo de situaciones, te das cuenta al día siguiente que hay ponentes que incumplen la mayor parte del buen hacer del presentador profesional (no entraré en detalles de los varios ejemplos que se podrían enumerar dentro de este grupo...). Sin embargo, y esto es lo más sorprendente, dichos presentadores enganchan en sus exposiciones. Dejan perplejos a la mayoria de los que atienden, abriendo bien los oídos para captar todos los conceptos y casos reales que se plantean. La dinámica de clase sobre la que trabajan enmascara los hábitos o vicios del 'mal presentador' (así es cómo se podrían encasillar a éstos según los consejos planteados en el seminario...).
Por ello, y en mi opinión, la naturalidad queda por encima de dichos consejos (manos en bolsillos no, mirar al techo no, sentarte en una silla repanchingado tampoco, etc.). De esta forma, las clases magistrales en ESADE son intrísecas a su reputación, gracias a la dinámica de grupo, y por supuesto a la personalidad y experiencia de los ponentes.
Un abrazo para todos.

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