viernes, 17 de septiembre de 2010

El run-run de la calle

Desde finales del 2007, principios del 2008, estamos inmersos en una crisis sin precedentes (unos la han bautizado con el nombre de la 'crisis ninja', otros como la 'crisis de la globalización', etc.). Los medios de comunicación nos bombardean sin parar con  noticias acerca de los datos negativos, expresados en cifras, de la situación económica de nuestro país, y del resto del mundo (a excepción claro está de China, Singapur, Brasil, y alguno más). Además, para mas inri, España está digiriendo una doble crisis, la del ladrillo (ó si lo preferimos más técnicamente la de la especulación inmobiliaria), y como no la financiera global.
Mientras tanto, los representantes de nuestro país (fuerzas políticas, sindicatos, etc.) se pasan los días tirándose los trastos a la cabeza, sin mostrar la tan ansiada unidad de consenso que tanta falta le hace a este país de cara al exterior. Y así ¿quién dirige el barco a buen puerto? Pues nadie. El barco va a la deriva dejándose llevar por la corriente de los acontecimientos que nos rodean, y si la suerte nos sonríe, gritaremos ¡TIERRA! ¡TIERRA!, aunque mucho me temo que para los ciudadanos de a pié este grito no llegará.
Al parecer los indicadores están mejorando, cambiando de tendencia ¡ojo!, es decir, ya hemos tocado fondo. Esto implica que a partir de ahora, la economía inicia su recuperación , lenta pero se recuperará. Esto no lo afirmo yo, sólo transcribo las últimas noticias al respecto. Sin embargo, la actividad industrial y el consumo no dan esos síntomas. Y sino ¿por qué la mayoría de nosotros sigue sin ver la luz al final del túnel? No se trata de una visión pesimista de la situación, sino más bien realista. Y el fundamento de tal cuestión está en los comentarios que se escuchan y se transmiten en la calle de boca en boca. Con cualquiera que comentes el ya oxidado, pero punzante, asunto de la crisis obtienes opiniones similares al respecto: esta va para largo...ó, esperemos que al menos se mantenga así y no baje más...
Ojalá, dicha mayoría esté equivocada, aunque mucho me temo que no. Los pobres serán más pobres, y los ricos más ricos.

martes, 14 de septiembre de 2010

PRIMERAS IMPRESIONES DE ESADE

Desde hace ya un par de años, me planteaba la opción de realizar un curso de postgrado para reforzar mi carrera profesional. Después de haber cursado un MBA en EAE, tenía claro que esta vez debería cursarlo en una escuela de negocios con renombre. Sin ánimo de menospreciar al resto (no me confundáis) sino por el previo convencimiento de que o sólo el precio del curso marcaría un diferencial en la formación que recibiré durante el año que dura el postgrado.
Si bien es cierto que todavía no he comenzado tan esperado programa, me gustaría destacaros mis primeras impresiones extraídas durante la búsqueda del postgrado y en el proceso de matriculación:
1. En las diferentes presentaciones a las que asistí dentro de la variedad de postgrados ofertados en BCN y alrededores, el que más gancho tuvo fue el de ESADE. Y el aspecto fundamental del todo ó nada (es decir, ó hago ESADE ó no hago el postgrado) fue la intensa y bien coordinada sesión presentada por Carles Roig -Director del curso- en comparación con el resto de escuelas.
2. A partir de que la decisión ya estaba tomada, el camino que se planteaba no era el de pagar y punto. Para poder acceder se debían cumplir una serie de requisitos entre el que figuraba un examen de 5 horas con diferentes pruebas lógicas, numéricas y de comprensión (tipo GMAT). Quizás éste sea el hecho más elitista de todos, y con el que no estoy 100% de acuerdo, aunque sin poder influenciar en su anulación, la realidad es que un día espeso lo puede tener cualquiera. No obstante, no tenías que aprobar para poder acceder a la plaza pues otros requisitos también tenían su peso en la decisión final (de hecho, sin saber la nota que obtuve, os puedo decir que el sentimiento que me quedó de aquellas pruebas no fue satisfactorio por lo que supongo que el resto de parámetros hicieron el trabajo final).
3. La espera hasta que emiten la resolución de si estas admitido o no es algo larga. Después de un mes aproximadamente te comunican la decisión.
4. Y finalmente, llega el proceso de matriculación en sí. Aquí si que os puedo decir que ha sido muy profesional y atenta. Desde el siguiente día de ser aceptado en el postgrado, el trato recibido por las diferentes personas que conectaron conmigo vía email principalmente fue sencillamente exquisito. Delicatesen en la atención al cliente. Todas las dudas resueltas al día siguiente. Un proceso de búsqueda de financiación claro y eficaz donde se te presentan las distintas opciones que puedes escoger, y en cuyos trámites ESADE se ocupa de todo. ¡Más fácil imposible!

Bien, desde ahora sólo queda un mes escaso para el inicio del curso. Espero que las próximas entradas en el blog sigan la misma tónica, y os prometo ante todo la máxima sinceridad.

Un saludo.

domingo, 12 de septiembre de 2010

LA MOTIVACIÓN PROFESIONAL

Constantemente aparecen publicaciones acerca de lo importante que es mantener a nuestros colaboradores en un alto estado de motivación (para aquellos que tenemos la responsabilidad sobre terceros dentro del ámbito empresarial). Eso es evidente, sin lugar a dudas. Sin embargo, para conseguir dicho objetivo debemos plantearnos cuales son la "fórmulas mágicas" que harán que nuestros colaboradores entren voluntariamente en ese estado de ánimo.
Lo primero que debemos tener claro es que las personas trabajamos por dinero. Si este parámetro está justamente establecido para ambas partes (empresa-trabajador), lo siguiente que hay que tener en cuenta son los dos caminos posibles que podemos dar a escoger a los que tenemos por debajo (o bajo nuestra responsabilidad, como he dicho antes):
1. Trabajar motivado
2. Trabajar atemorizado (lo asocio al miedo a perder el puesto de trabajo ó a ser rebajado en la tareas que realizas dentro del escalafón no escrito pero real de los diferentes trabajos que se realizan en un área concreta de la empresa)
Aunque nos parezca una simple clasificación resulta ser lo suficientemente básica como para englobar a la mayoría de los trabajadores por cuenta ajena (en la que me incluyo). Además, como implícitamente se puede ver, la opción 1. es la más beneficiosa para la empresa; mientras que la opción 2. sólo conllevará pasividad, conflictos e ineficiencias.
En mi opinión, todos los directivos y mandos intermedios deberíamos esforzarnos para que nuestros colaboradores siguiesen por el camino de la opción 1.: trabajar motivados. Si suponemos que la Dirección de la empresa potencia dentro de sus valores ó cultura dicha opción, cada responsable de área deberá buscar la fórmula a aplicar a cada persona, pues no existe una fórmula universal que materialice el cambio de actitud esperado fácilmente. Este hecho se fundamenta en que a cada unos de nosotros nos mueven unos u otros intereses personales y profesionales. Ahí está la raíz en la que deberemos basar nuestras tácticas de transformación para cada uno de nuestros colaboradores. Si no se traza así, y se intenta hablar de cambio cultural general encaminado hacia la motivación de todos los trabajadores, el coste del cambio puede ser el fracaso en el intento.
Y ¿cuales serán los indicadores que nos harán saber si hemos fracasado o hemos conseguido el éxito esperado? Según mi experiencia personal, el aspecto que denota si una persona se ha integrado en el "grupo de motivados" es la COLABORACIÓN, hasta donde está dispuesto a llegar y que relación mantiene con sus responsables directos y compañeros. Ni ratios, ni KPI's marcan dicho traspaso.
Y lo más sorprendente de todo es que si la organización está motivada (en su mayoría ¡claro!, ya que siempre existe la típica oveja negra que por supuesto habrá que sacrificar si después de varios intentos sigue oponiéndose a la nueva cultura) los resultados superarán con creces los objetivos marcados en circunstancias normales de una organización que no incluye la motivación en sus pilares. Es decir, la mayor diferencia entre una empresa que cuide la motivación de sus empleados y otra que no lo tenga en cuenta, será un diferencial exponencial. El motivo radica en que todos sus integrantes están pensando en cómo solucionar de la forma más rápida y barata (sinónimo de 'eficiencia') los problemas del día a día, los cuales son los que en el sumatorio final conforman las ineficiencias existentes en los productos/servicios y procesos de funcionamiento de la empresa a la que pertenecen.